Transporte sostenible, comienza la cuenta atrás

13 Mayo 2021 Por ANTONIO EULOGIO MARTIN RENGEL

La Comisión Europea ya ha fijado fecha para reducir prácticamente en su totalidad las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte: año 2050.

 En un mundo tan globalizado como el actual, una base importante de nuestro estado de bienestar radica en la movilidad, tanto de personas como de mercancías. En las últimas décadas el sector transporte ha crecido considerablemente y con ello, irremediablemente, la huella ambiental. El transporte convencional genera contaminantes atmosféricos que tienen efectos adversos tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Los principales contaminantes generados por el transporte son el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, partículas en suspensión y compuestos orgánicos volátiles. La contaminación del aire en las ciudades aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, estos compuestos producen efectos adversos para el medio ambiente, con efectos tanto locales, como el smog fotoquímico o la lluvia ácida, como globales, como el calentamiento global del planeta.

El transporte representa actualmente una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero dentro de la Unión Europea y esta cifra, lejos de mantenerse o reducirse, aumenta cada año. En concreto, el transporte por carretera representa casi tres cuartas partes de las emisiones totales asociadas a este sector. Las instituciones no son ajenas a este problema y llevan años promoviendo medidas para intentar mitigar este comportamiento y comienzan a fijar plazos concretos en los que será necesario haber revertido la actual situación. En concreto, la Comisión Europea ha desarrollado el Pacto Verde Europeo como hoja de ruta para dotar a la UE de una economía sostenible. Dentro de este Pacto Verde Europeo aparece, como no podía ser de otra forma, un apartado correspondiente a la movilidad sostenible donde se fija el año 2050 como fecha para reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el transporte. Con esta drástica reducción, la UE aspira a ser climáticamente neutra en 2050, buscando formas de compensar el resto de emisiones inevitables. Aunque pueda parecer un amplio margen de tiempo, el porcentaje de reducción marcado es muy elevado, por lo que, para poder cumplir este objetivo, manteniendo los actuales niveles de movilidad y bienestar, es necesario tomar medidas a muy corto plazo y en diferentes ámbitos. La utilización de biocarburantes como combustibles más limpios para reducir las emisiones o la incorporación de nuevas fuentes de energía como el gas, la electricidad o incluso el hidrógeno como formas de propulsión más limpias son el punto de partida para lograr este objetivo. De esta forma se estima que para 2025 se necesitarán 1 millón de estaciones de recarga para los más de 13 millones de vehículos de cero emisiones y bajas emisiones que se espera circulen por las carreteras europeas. Además, será necesario optimizar la actual red de transportes mediante el uso de tecnologías digitales tales como la geolocalización, la conectividad, la movilidad automatizada y los sistemas inteligentes de gestión del tráfico que permitan un uso más eficiente de los recursos existentes. Otro ámbito de actuación será el transporte multimodal para realizar más rápida y eficazmente las operaciones de transporte de mercancías. Queda por tanto patente que la solución no es única, sino que será el resultado de la combinación de diferentes medidas para lograr el objetivo marcado.

Es por tanto éste, un reto para todos nosotros como sociedad. Queremos mantener nuestro nivel de bienestar actual, incluida la movilidad, pero este tiene que modificarse para ser sostenible. Somos el origen del problema, pero también formamos parte de la solución si tenemos alternativas accesibles y asequibles que sean más limpias y saludables. Para ello, el MOOC de URJCx Transporte inteligente para un futuro sostenible pretende identificar y evaluar de manera clara y sencilla los principales impactos ambientales provocados por nuestro actual sistema de transporte, describiendo las tecnologías de movilidad presentes en estos momentos y su tendencia para el futuro, abordando la optimización del uso del transporte desde diferentes alternativas.

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